Templo Romano
Al principio de la calle Claudio Marcelo, junto al Ayuntamiento de Córdoba, se halla con el Templo Romano uno de los monumentos más importantes de la ciudad. Dedicado al culto imperial, se trata de un templo de grandes proporciones cuya construcción data del siglo I después de Cristo.
De planta rectangular, se calcula que este templo habría tenido unas dimensiones de dieciséis metros de ancho por treinta y dos metros de largo, mientras que la plaza que lo envolvía habría medido de unos sesenta metros de ancho por ochenta metros de largo.
Originariamente, el templo se encontraba en lo alto de un imponente podio al que se accedía por una escalinata que se situaba en su lado oriental. En su fachada contaba con seis magestuosas columnas que junto con sus capiteles corintios hacen fácil imaginarse el esplendor de la Corduba romana.
No obstante, los fustes de las columnas y la mayoría de los capiteles tal y como los podemos ver hoy en día son simples reconstrucciones pudiéndose ver algunas piezas originales en el interior del templo romano o expuestas en el Museo Arqueológico de Córdoba y la Plaza de las Doblas.
Tras un largo proceso de recuperación que ha puesto en valor esta joya arquitectónica de la época romana, el templo fue abierto al público en diciembre del año 2013 dándole una mejor visibilidad por instalar una valla vidriada y dotar al templo con una iluminación nocturna que permite lucir todo su esplendor.
En una segunda fase, el Ayuntamiento de Córdoba tiene previsto habilitar unas instalaciones anexas al templo que albergarán el futuro Centro de Interpretación de la Córdoba Romana. En dicho espacio se encuentra actualmente una estatua en homenaje a Claudio Marcelo que es considerado como el fundador de Córdoba.
Además, en el año 2018 se iniciaron unas obras para habilitar la visita turística del interior del templo a través de una pasarela. Finalmente, las obras quedaron inacabadas y aún están pendientes de una nueva licitación.
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