Cristo de los Faroles
Al norte del casco histórico de Córdoba cerca de la Cuesta del Bailío encontramos con la Plaza de los Capuchinos una de las plazas más bellas de la ciudad. Su aspecto sencillo que es remarcado por paredes encaladas en blanco que la rodean contrastan con la estatua de un cristo crucificado que se alza en su centro.
Esta estatua representa al Cristo de los Desagravios y Misericordia aunque en Córdoba se le conoce popularmente como Cristo de los Faroles por los ocho faroles que la rodean y que simbolizan las ocho provincias de Andalucía.
Realizado en 1794 por el escultor cordobés Juan Navarro León en mármol blanco para el Cristo y mármol negro para la cruz, el iniciador de este proyecto fue el capuchino franciscano Fray Diego José de Cádiz. El conjunto cuenta con dos inscripciones; en el pedestal se puede leer el salmo Miserere y en la cruz hay un verso de la Biblia escrito en latín que se traduciría al español como: "Y la roca era Cristo".
Una pecularidad que representa el Cristo de los Faroles es el hecho que es una de las pocas imágenes con cuatro clavos. Generalmente, en la iglesia la figura de Jesucristo generalmente aparece fijado a la cruz con tres clavos, uno en cada mano y un tercero que atraviesa ambos pies. No obstante, en la imagen del Cristo de los Faroles podemos observar que cada uno de sus pies está fijado con su propio clavo.
Un dato curioso es que el Cristo de los Faroles fue conocido a nivel nacional a partir del año 1958 cuando consiguió el salto a la gran pantalla en una película que lleva su nombre y que fue protagonizada por Antonio Molina. También ha sido protagonista de canciones populares, coplas, un décimo de lotería e imagen de sello postal.
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