Caballerizas Reales
Anexas al Alcázar de los Reyes Católicos se encuentran las Caballerizas Reales de Córdoba. El descubrimiento de América en 1492 y la anexión de los territorios en ultramar por la corona española, iniciaba una época prospera en la que, una vez asentado su poderío por el emperador Carlos V, su hijo Felipe II podía dedicarse también a la que, probablemente, era su mayor afición: los caballos.
El caballo existente en este momento era un caballo robusto. Sin embargo, el monarca quiso crear un caballo que fuese capaz de realizar ejercicios de equitación de la recién creada Alta Escuela, un caballo bello y elegante.
Para llevar a cabo este proyecto, fundó en la ciudad de Córdoba las Caballerizas Reales en 1570. En ellas se realizaban cruces de caballos y yeguas cuyo resultado fue el animal bello y noble que, hoy en día, tiene aficionados en todo el mundo; el caballo de pura raza española.
Aunque su edificación data del siglo XVI, fueron reconstruidas en la época de Carlos III tras sufrir un gran incendio.
Tratándose de una edificación militar, hoy lo ocupa el VII depósito de sementales. El edificio de las cuadras en la planta baja es uno de los principales elementos de las Caballerizas Reales. Otros elementos de interés son el Picadero, el Torreón de la Muralla así como el espacio libre de los jardines.
A lo largo del año, en las Caballerizas Reales tienen lugar diferentes acontecimientos del mundo ecuestre y otros eventos.
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